Milán y lo evidente
Milán es una ciudad ideal para una escapada de fin de semana, hay vuelos baratos que te permitirán viajar a la ciudad cualquier fin de semana o puente que se te presente. Además, aunque sea una ciudad cara, nosotros pudimos comer a unos precios razonables disfrutando de la ciudad. Y ahora, te hablamos de lo evidente…
El Duomo
Si vas a Milán no tendrás duda de cuál será tu primer destino, la Piazza del Duomo e, inevitablemente la Catedral de Milán. ¿Qué podemos contarte de ella? La imagen de su fachada es más que conocida. Cuando nosotros la visitamos nos llamó la atención su amplitud porque es una amplia nave única llena de columnas. Puede que tengas la sensación de estar en un lugar distinto a una catedral, tal vez un gran salón de un palacio.
En su interior, llamará tu atención la escultura de San Bartolomé, tallada mostrando los músculos de su cuerpo sin piel, ya que el santo murió desollado. Aparte de este detalle escabroso, la escultura llamará tu atención.
Entrar a la Catedral te costará 2 euros. Puedes evitar las colas comprando la entrada por Internet, aunque te costará 2,5 €. También podrás subir a la terraza de la Catedral para disfrutar de las vistas. Consulta los enlaces que te proporcionamos para que veas qué opción se adapta mejor a ti.
Advertencia: En el Duomo no se puede entrar de cualquier manera, hay que llevar una indumentaria apropiada. Lo siento chicas, si vais en verano tendréis que ir preparadas para cubrir vuestros hombros y rodillas o no os dejarán entrar y no se cortarán un pelo en mandarte de vuelta a buscar algo decente a pesar de haber comprado entrada y haber esperado cola.
Las Galerías Vittorio Enmanuelle II
Desde la Piazza del Duomo el arco de acceso a las Galerías llamará tu atención, es otro de los iconos de la ciudad. También es ineludible visitarlas y cuando caminas por ellas resulta evidente el porqué. No sé qué te interesará más si su arquitectura o los comercios de lujo que alberga. Eso es decisión tuya, pero a nosotros su arquitectura nos invita a observarla con detenimiento. El lugar donde se cruzan las cuatro calles que la componen nos parece el lugar más apropiado para ello. Sigue tu camino y llegarás a la Piazza de la Scala, donde encontrarás el teatro con el mismo nombre, el Teatro de la Scala el cual podrás visitar.
Cuadrilátero de la Moda
Por lo que a mí respecta, no pienso quedarme sólo con lo evidente. Desde aquí, si eres un amante del mundo de la moda, podrás dirigirte a su espacio más significativo en Milán, el cuadrilátero de la moda, formado por las calles Via Monte Napoleone y Via della Spiga. Aquí entrarás en un barrio exclusivo, con las aceras cubiertas por una alfombra azul, coches de lujo que esperan a las puertas de las tiendas de los grandes diseñadores e incluso su propia seguridad privada. La alternativa más allá de lo evidente a este mundo de la moda es la calle Corso Ticinese, llena de comercios quizá más alternativos, moda, música, todo desde otra perspectiva.
Piazza Mercanti
O quizá desde la Piazza del Duomo te apetezca ver algo completamente distinto, y dirigir tus pasos en busca de la Piazza Mercanti, ten cuidado porque queda a un lado de la Via Mercanti y puede que pase desapercibida. Es uno de los espacios medievales de Milán que, aún desde su aspecto un poco decadente, te transportará a otra época.
Via Dante y Castillo de los Sforza
La Via Dante te llevará directamente hasta el Castillo de los Sforza, ambos son dos de los destinos principales de la ciudad. La Via Dante está llena de comercios y ambiente por lo que el paseo hasta el castillo será muy agradable.
El Castillo de los Sforza no te decepcionará, su arquitectura es impresionante, con una estética muy distinta a los castillos que pueden verse en España y otros países. Eso es algo que resulta curioso, porque, aunque castillos y catedrales pudieran parecernos todos iguales a priori, luego resulta que están llenos de detalles que los diferencian unos de otros. Este está lleno de detalles que lo convierten en un castillo italiano.
Aquí termina la visita a la Milán evidente, al menos en lo que a nuestra experiencia respecta. Un último detalle antes de pasar a ese “Algo más” que titula este artículo y que tantas expectativas despierta, si eres amante del arte visita la Pinacoteca di Brera, probablemente el museo más importante de la ciudad. Tampoco puedes dejar atrás la visita a “La última cena” la pintura de Leonardo da Vinci que está en la iglesia de Santa María delle Grazie, y para lo que tendréis que sacar las entradas por internet con meses de antelación.
Milán y algo más
Parque Sempione y Arco della Pace
Hay dos lugares que abren esos espacios que componen ese “algo más”. Si tu paseo lo terminaste en el Castillo de los Sforza, puedes atravesarlo y encontrarte con el Parque Sempione y al fondo el Arco della Pace. Aquí podrás descansar tus piesitos si el día acompaña, y no estarás solo, porque tanto turistas como Milaneses disfrutan de este espacio tan agradable.
Si no te gusta sentarte sobre el césped puedes darte un paseo por él hasta llegar el Arco y allí sentarte en sus escalinatas y, con un poco de suerte, contemplar a algún artista callejero interpretar una bonita canción.
A pocos metros podrás disfrutar del aperitivo en cualquiera de los locales que encontraréis en el Corso Sempione. Nosotros lo tomamos en el Banghrabar, con vistas al arco, por 11 euros por tu cóctel y un buffet sencillamente espectacular, nos fuimos cenaditos de vuelta al hotel. De todas formas, a lo largo de toda la calle encontrarás multitud de locales para tomar el aperitivo en el que más te guste. Date un paseíto y elige.
Barrio di Brera
Puede ser que tus pasos te hayan llevado hasta la Pinacoteca di Brera, si andas por allí, te recomiendo que no te pierdas el conjunto de calles compuesto por Via Fiori Chiari, Via Madonnina y Piazza del Carmine. Te llevarán por el lado quizá más italiano de Milán.
Y, por este camino también llegarás al Castillo Sforzesco, y al parque Sempione, al Arco della Pace y los locales donde tomar el aperitivo, que no deja de ser una costumbre milanesa evidente y también inevitable.
Y llegados a este punto, terminamos donde comenzamos, en el barrio de Navigli, al que te recomendamos ir en tranvía. Nosotros lo cogimos en la parada que hay junto a la Piazza Mercanti, en concreto la línea 3, y nos bajamos en la parada de la Piazza XXIV de Maggio. Consulta Google maps y la página del transporte público de Milán para ver otras alternativas para llegar desde otro lugar en el que te encuentres. También puedes llegar andando, en un paseíto a través del Corso Ticinese en media horita más o menos.
Navigli
Centro dell’incisione Alzaia Naviglio Grande: Taller de Gigi Pedroli
Disfruta del trayecto en tranvía hasta Navigli por calles que son otra Milán más allá de la majestuosa ciudad de la moda. Cuando bajes del tranvía, dirige tus pasos hacia Porta Ticinese y la dársena, entra en el mercado y tómate un zumo de frutas o cualquiera de los productos que te ofrecen los puestos del mercado.
Date un paseo por la dársena y luego ve al otro lado, a perderte en los canales que aún se conservan del antiguo puerto fluvial de la ciudad. Para nosotros, el más interesante es el Naviglio grande, aunque ambos están llenos de locales que le dan ambiente. Los sábados encontraréis un mercadillo, por lo que podréis disfrutar de un ambientillo especial.
Aquí encontraréis múltiples sitios donde comer y comprar en un barrio que, al igual que las calles de Brera, te harán sentir la parte más italiana de la ciudad. Y entre las tiendas, puestos de mercadillo, bares y restaurantes de todo tipo encontrarás el “Centro dell’incisione” (Naviglio Grande 66) o centro de grabado, donde tuvimos la oportunidad de escuchar a Gigi Pedroli, un auténtico artesano, explicar en su taller su modo de trabajar.
Así que, tal vez sí, o quizá no, te enamores de lo evidente de Milán, de sus estereotipos, de lo que la hace famosa. O a lo mejor eres amante de las cosas pequeñas y ese “algo más” que te contamos llene tu corazón. No lo sé, abre tu navegador y busca un vuelo a Milán, descúbrelo por ti mismo.