Primera parte de la entrevista concecida por Julián Sanjuán, responsable de Los Patios de Beatas, el pasado día 14 de Enero de 2017.
TENEMOS FE EN LO QUE VAMOS A HACER, TENEMOS MUY CLARO EL OBJETIVO A DÓNDE QUEREMOS IR
ESPACIO + INSTANTE: Cuando se abren los Patios, la calle Beatas estaba muy deteriorada. Probablemente fuera una de las calles que estaban más abandonadas de la capital. Yo al menos, no podía pensar que este lugar existía. ¿Cómo llegáis a él y en qué estado os lo encontráis?
JULIÁN: En torno al año 95, calle Beatas era una calle de bares alternativos, rockers, heavis, skins, todo eso se cargó la calle residente, no quedó nadie que viviera en esta calle porque era insostenible. Después, cuando vino el Museo Picasso arreglaron todas las calles menos esta, siendo la continuación de la calle San Agustín, donde se encuentra el museo. Había quedado tal deterioro de vecinos, que lo que quedaba eran solares, y nuestro edificio era un solar, con fachada, pero un solar. Los Patios de Beatas son dos casas, el nº 41 y el nº 43. Las fachadas exteriores son completamente distintas y, de hecho, en el interior podéis ver que el techo de la entrada tiene un nivel distinto de esta otra parte en la que estamos, que era por donde se entraba a la otra casa. Era una casa muy ancha con poca fachada y tenía este patio que era la entrada de luz natural.
En el año 97, montamos el museo del vino Málaga en Ojén. Fue el primer centro de interpretación del vino con todas las bodegas de Málaga. Había 9 bodegas en Málaga en ese momento. Málaga estaba en el peor momento de su historia en cuanto a la elaboración de vinos, no existían los vinos tintos, no existía la DO SIERRAS DE MALAGA.
En 2003, montamos en Mijas la segunda vinoteca, museo del vino, una casa también bellísima, grande, que sigue estando. Y justamente en el año 2012 inauguramos los Patios de Beatas. Aquí, no como museo del vino, porque ya había uno en Málaga, así que no tenía cabida ni sentido. Lo que queríamos era montar una gran vinoteca. Estas casas las compramos nosotros en el año 2001, 2002, una parte de la sociedad empezamos a apostar por calle Beatas.
E+I: Con esa idea de futuro ¿No?
J: Con la idea de montar en un futuro una vinoteca, porque ya teníamos la experiencia de los otros negocios. Yo me especialicé en el mundo del vino en el año 2000, haciendo el primer curso que se hizo en Málaga. La facultad de turismo hizo un grado de enología y cata, con grandes profesores y muy completo. Ahí nos especializamos y sabíamos muy claramente lo que queríamos hacer. Compramos una primera casa y fuimos ampliando el negocio. En cuanto la gente se enteró de que había un loco comprando casas en calle Beatas la gente empezó a ofrecernos casas. Estaban a buen precio, se compraron, y era una manera de decir, vamos a crear un espacio.
Las otras vinotecas que teníamos en Ojen y en Mijas eran vinotecas con no menos de 300 m2; Ojen 500, mijas, 300, y aquí tenemos 800 m2. Después se compraron más solares pensando siempre en que había que rehabilitar calle Beatas.
E+I: ¿Tenéis mas solares aparte de estos dos?
J: Parte de la familia compró enfrente, ha hecho un apartamento. Parte de la familia compró atrás, en Tomás de Cozar. Digamos que toda la familia se ha implicado en comprar solares que están construidos ahora mismo, precisamente para ayudar al negocio porque al estar en una zona tan deteriorada éramos conscientes de que era una apuesta muy arriesgada. De decir, oye, tenemos fe en lo que vamos a hacer, tenemos muy claro el objetivo a donde queremos ir, partiendo de la calidad sabemos que la gente nos puede responder, pero lógicamente también tienes que crear un entorno. Había que construir esos solares y había que hacer que se respetaran esas construcciones del siglo XVIII como es esta casa.
E+I: A partir de ahí el cambio que ha dado la calle es evidente
J: A día de hoy son cuatro años desde que abrimos y el cambio es bastante brutal. De tener nada más locales cerrados o deteriorados, se han abierto y restaurado bares pero ya sin el ruido anterior.
E+I: Se han generado cosas nuevas que están generando otro tipo de ambiente en la calle que la está regenerando hacia algo mejor, a nosotros nos gusta
J: Sigue habiendo bares, que tiene que haber, pero hay ya tiendas y otro tipo de restauración fina.
E+I: Además va en progresión, dentro de unos años va a estar mejor
J: Si, 100%.
E+I: Es una calle histórica de malaga
J: Es una calle muy emblemática, esta es una calle que gusta, la gente cuando viene aquí le gusta. Se siente cómoda en calle Beatas. A lo mejor hay calles, como pueden ser las paralelas a calle Larios, como calle La Bolsa, Strachan, donde la gente va un poco a ser vista. Pero aquí, cuando la gente viene, se siente muy a gusto, cómoda. Lógicamente, estamos en un local grande, muy diferente, muy particular, donde se rinde culto al vino y a la gastronomía, donde la gente viene a disfrutar.
E+I: Para el turista es muy sorprendente, no te lo esperas
J: Ni el turista, ni el propio malagueño.
E+I: Como malagueños, para nosotros fue una sorpresa descubrir los Patios de Beatas. Fue una sorpresa agradable en su momento pero ahora es una realidad, ¿con qué objetivos comenzasteis? ¿Cuáles son los actuales? Y cómo ha sido esa evolución.
J: Como te comentaba ya teníamos una experiencia de dos negocios montados y 15 años trabajados. La idea era muy clara de lo que queríamos hacer y lo hemos hecho. En cuanto a los vinos que queríamos tener, era muy claro que queríamos potenciar el vino local y acompañarlo de las otras maravillosas regiones que tenemos en España y con destellos de vinos internacionales. ¿Qué ha variado un poquito de la idea original? Nosotros en los otros negocios vendíamos mucho vino en la tienda de vinos. Aquí, en los Patios de Beatas, el concepto era una tienda de vinos, con una zona informal de mesas altas, y después la zona de restauración.
La zona de tapería y alta restauración para estar más tranquilo sentado está ampliamente conseguida, pero el concepto de la tienda hemos visto que no se ha visto respaldado por el malagueño. El malagueño no entiende la tienda. Yo creo que al malagueño lo sacas del supermercado y no ve una tienda de vinos. A no ser que sea una tienda de vinos sin nada que ofrecer más que no sean botellas. Ligar la restauración a una tienda de vinos, el español no lo tiene identificado. Sin embargo, cuando entra un extranjero, lo primero que nos pregunta es … que bonita tienda de vinos tiene usted, me puedo comer algo también ¿no? …. Esa es un poquito la diferencia. Entonces, el primero me pregunta si puedo comer, y el segundo directamente ni se la plantea la pregunta.
E+I: La gente va a pensar que es más caro que el supermercado
J: Bueno, los prejuicios están, es la cultura. En el supermercado no me planteo comprar vino en la vida porque sé que es un sitio donde hay un lineal con luces, donde me apagan y encienden el aire acondicionado como le da la gana, con una intensidad lumínica no adecuada, con un factor de calor no adecuado...una manipulación no adecuada. No hablo solo de cuando está el vino en el lineal, te hablo de cómo llega el vino, de dónde están los grandes almacenes de donde una gran superficie compra el vino. Yo, en ese concepto, nunca en la vida entraría. Por eso la tienda es la asignatura pendiente.
¿Dónde vamos? Ahora vamos a ampliar el negocio. Hemos comprado un solar al lado y vamos a construir una casa del siglo 18 con un patio interior. Vamos a ampliar uno de los salones que tenemos arriba, para tener una capacidad mayor de 150 personas, precisamente para evitar que en esta zona se hagan eventos. Y que así que tengamos un local externo junto a los patios, donde se puedan hacer. Así podeis venir a comer 4 ó 5 tranquilamente sin que haya 50 personas, una reunión, una convención, una boda. De manera que están aislados con su entrada independiente y no entorpecen el ambiente y así, poco a poco, ir restaurando más casas, más calle, más Málaga y sobre todo con encanto. Empezamos este año y si todo va bien podremos abrir en verano de 2018 o navidades.
E+I: En todo ese proceso ¿Cuáles han sido tus instantes?
J: Quizá el primer instante fue entrar la primera vez que vimos el solar, intentar visualizar lo que íbamos a hacer. Después, cuando vimos los espacios reales que se encontraban en ruinas, los fuimos limpiando, viendo de qué disponíamos realmente. Porque, aunque el proyecto lo tienes en un plano, cuando se va creando lo que tienes en mente y va tomando forma como tú quieres, al ritmo que tú quieres, eso es único.