Desde la ribera del Salzach pude verle majestuoso en la cima de la montaña, onmipresente protector. A pesar de que la fortaleza debía ser la más importante de sus cualidades, la elegancia de su imagen enriquecía mi mirada. Crucé el puente y llegué hasta sus faldas, desde la plaza erguí mi barbilla para seguir contemplándole. Unos segundos después miré a mi alrededor para conocer la ciudad que el Castillo Hohensalzburg presidía. Salzburgo desafió mi curiosidad de viajero y yo, sin dudar, acepté el reto.

Callejeo por “Getreidegasse”

Si eres una de esas personas a las que la curiosidad impulsa tus pasos no cabe duda de que Salzburgo será una de tus ciudades de referencia. Getreidegasse es la calle de referencia para pasear e ir de compras, pero si te limitas a recorrerla te estarás perdiendo el espíritu de la ciudad.

Nuestra recomendación: recórrela con la mirada atenta a los pasajes que encontrarás a cada lado de la calle, crúzalos, sigue paseando, vuelve a la calle Getreidegasse a través del siguiente pasaje y déjate llevar, callejea de aquí para allá, sumérgete en la ciudad.

Cada pasaje tiene su identidad y transmite sus propias sensaciones, así que tómate tu tiempo, disfruta del paseo.

Palacio y Jardines de Mirabell

Tal vez sea uno de los hitos durante tu paseo, no solo por el palacio en sí, que podrás visitar, también por el entorno; porque aunque los palacios no estén en tu lista de preferencias no debes dejar de dar un paseo por sus jardines, por su belleza y por las imágenes icónicas de la ciudad de las que disfrutarás.

Cementerio de San Pedro

A estas alturas de tu paseo por la ciudad estarás ya más que a gusto. Más de una vez habrás elevado tu mirada al cielo, al castillo, y tu curiosidad te pedirá subir. Sin embargo, tal vez sea mejor esperar un poco, para que puedes disfrutar del atardecer desde sus almenas

Mientras llega ese momento, puedes seguir tu paseo por el cementerio de San Pedro, uno de los más antiguos de la ciudad, que se encuentra a los pies del Castillo y en el que llamará tu atención las catacumbas excavadas en la montaña. Aparte de la belleza en sí del lugar y de su interés histórico es digno de explorar en su totalidad gracias a las visitas disponibles.

Castillo Hohensalzburg

Hay dos formas de subir al castillo, la primera, andando, ejercitando tus piernas y corazón; lo que, en tiempos de sedentarismo viene fenomenal, hay que reconocerlo. Pero si la caminata del día ya te tiene tocadito o, sencillamente, no te apetece subir caminando, pues siempre tienes la oportunidad de tomar el Funicular de la calle Festunsgasse, en cuyas taquillas puedes adquirir la entrada al castillo.

Como te comentábamos antes, merece la pena subir, aunque solo sea para disfrutar de las vistas desde sus terrazas, tanto de la ciudad como de los Alpes. Un gustazo. Aparte de esto, tienes la posibilidad de visitar distintos museos que, en función de tus gustos, pues harán que la visita sea más enriquecedora.

Para los cerveceros

Si te gusta el mundo de la cerveza y disfrutar de una buena jarra, seguro que disfrutarás de la visita a la Fábrica de cerveza Stiegl, marca que lleva elaborando cerveza desde 1492, de hecho, durante la visita bromearon con el hecho de que los españoles descubrimos América, pero ellos empezaron a fabricar cerveza en esa misma fecha. Ya cada uno que valore un hecho histórico y otro como mejor crea.

En cualquier caso, la visita, que se realiza en inglés, resulta muy interesante y al final, dependiendo del tipo de visita que elijas, podrás disfrutar de una degustación de sus cervezas en el patio de la fábrica que te dejará un muy buen sabor de boca.

A continuación, os dejamos los enlaces para que puedas personalizar tu visita a Salzburgo, a tu gusto y medida.

Hay lugares en los que los caminos conducen a cuevas de hielo, lagos en los que puedes navegar acompañado del eco hasta cabañas de pastores y cascadas; senderos que ascienden como una escala musical marcando el camino hasta llegar a la cima. Escenarios de película, castillos expectantes y tú, viajero, inmerso en todo ello. Hay un lugar bajo los Alpes en el que podrás encontrar todo eso, pero también disfrutar de la fiesta local, tomarte una cerveza y sentirte casi como en casa.

Werfen

Es un pueblo austríaco que se encuentra a 45 Km. al sur de la ciudad de Salzburgo, al pie de unas montañas que te hacen pequeño, pero que esconden secretos que no imaginas. Alojarse allí te garantiza la calma que te aporta el paisaje, aunque cuando la visitamos en verano la tarde siempre nos reservaba alguna tormenta.

Estratégicamente te permite organizar tus visitas, espacios a norte, sur, este y oeste. Pero también te permitirá conocer lugares únicos sin necesidad de recorrer largas distancias, siguiendo el consejo que a veces dan los anfitriones: dedica un poco de tiempo a lo que tienes cerca.

Nosotros estuvimos en julio y coincidió la fiesta local. No dudamos en cambiar nuestra agenda y adaptarla para disfrutar del ambiente, música y ropa tradicional, comerte un buen schnitzel y, cómo no, una buena cerveza.

Castillo Hohenwerfen

El castillo probablemente sea el atractivo más evidente de Werfen, más que nada porque es lo primero que llama tu atención cuando llegas, ahí encaramado en su colina. Si te gustan los castillos, no cabe duda que merece la pena la visita. En su interior, aparte de sus muros y galerías podrás ver exhibiciones de aves rapaces a las que puedes ver sobrevolando sus almenas. El sendero que sube hasta el castillo también vale la pena el paseo.

Sendero “The sound of music”

Esta es una opción para los amantes del cine. En Werfen puedes visitar una de las localizaciones de la película “sonrisas y lágrimas”, concretamente la escena en la que los niños de la familia Trapp bailan en la montaña con el castillo de Hohenwerfen al fondo, perfectamente identificable.

El camino comienza en la misma localidad y asciende por un camino que ofrece juegos para hacer más ameno el camino y tumbonas donde tomarse un respiro, todo ello en el marco de la música y la película.

Al final del trayecto encontrarás un dispositivo en el que podrás inmortalizar la escena de la película participando en la misma, lo que te garantizará cuando menos, un momento divertido.

La Cueva de hielo

Pero tal vez el mayor atractivo de la localidad sea la cueva de hielo, eisriesenwelt, a la que puedes llegar también desde la misma localidad bien en autobús o en tu propio coche, al menos hasta el punto en el que puedes tomar el teleférico que te lleva casi hasta la entrada o, si prefieres el senderismo, iniciar el camino hasta la cueva. Para los más aventureros comentaros que tenéis la posibilidad por una vía ferrata.

La llegada a la entrada de la cueva es espectacular, allí esperarás tu turno de entrar ya a una temperatura muy baja. Ten en cuenta que la cueva de hielo se forma debido a la entrada de aire frío con tal intensidad que el agua que corre en el interior de la cueva, se congela.

La visita es guiada y no la hacen en español, al menos cuando estuvimos nosotros, pero la verdad es que se disfruta igual. Caminas con la única iluminación de unos faroles, para preservar la cueva y el hielo. En las formaciones de hielo más interesantes el guía la ilumina con luz fría y la refracción de la luz crea imágenes espectaculares. No te fíes de las fotos que veas, la visita no tiene nada que ver porque la iluminación es completamente distinta. Sin embargo, no desmerece en absoluto y resulta igualmente espectacular. Para nosotros es una de esas visitas imprescindibles.

Otras visitas desde Werfen

Como te decíamos al comienzo del artículo, Werfen es un buen punto estratégico para otras visitas, como el Lago Konigsee, la carretera de los glaciares y, por supuesto, Salzburgo.